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jueves, julio 31, 2025

El poder del silencio y cómo escuchar realmente


El poder del silencio y cómo escuchar realmente

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«El silencio entre las notas es tan importante como las notas mismas». ~ Wolfgang Amadeus Mozart

Cuando period más joven, pensé que el conocimiento period algo que podías capturar, algo que podrías escribir, medir y probar. Creía que para entender algo, tenía que explicarlo. Y durante mucho tiempo, lo intenté.

Pero entonces, la vida, a través de la película, a través de la música, a través de largas conversaciones con personas cuya sabiduría no se puede encontrar en los libros, me enseñó algo más: las verdades más poderosas no siempre son palabras. Existen en el espacio entre ellos.

Aprendí esta lección en las montañas, donde el cielo se extiende, y el silencio no está vacío sino lleno de presencia. Había viajado allí para documentar a un grupo de ancianos que llevaban la historia de su gente en sus voces, en sus historias, en las canciones que cantaban a las generaciones más jóvenes.

Un anciano, en explicit, se destacó. No habló mucho, pero cuando lo hizo, los otros escucharon. Junto a sus compañeros de ancianos, cantaría en una cadencia rítmica y cantante, tejiendo los orígenes del universo en el tejido de su pequeña comunidad montañosa. Pero lo que más me sorprendió no period su voz, period su silencio.

Cuando la cámara rodó, se sentó en quietud. El viento susurró a través de los árboles. El río murmuró su canción eterna. En ese silencio, había algo más profundo que el discurso, algo que latía de significado.

Más tarde, cuando jugué las imágenes de un colega, preguntaron: «¿Pero qué está diciendo?»

Quería responder Todo.

Escuchando más allá de las palabras

Si alguna vez has sentido que el mundo se mueve demasiado rápido, como las personas hablan unos de otros en lugar de escuchar realmente, entonces ya sabes lo rara que es la verdadera escucha. Vivimos en un momento en que todos quieren ser escuchados, pero pocos saben cómo escuchar.

Escuchar, la escucha actual, no se trata solo de escuchar palabras. Se trata de sentir presencia. Se trata de notar lo que no se cube. Se trata de sentir el peso detrás del silencio de alguien, la emoción en su aliento antes de hablar.

No siempre sabía cómo escuchar de esta manera. En mis primeros años como cineasta, me concentré en lo que period seen—El disparo, el encuadre, el diálogo. Pero con el tiempo, me di cuenta de que los momentos más poderosos no siempre eran lo que se decía en voz alta. Fue la mirada entre dos personas que se conocían para siempre. Fue la forma en que las manos de alguien temblaron antes de contar una historia difícil. Period la pausa entre las oraciones, donde algo tácito rogaba ser entendido.

Este tipo de escucha, escucha profunda, es una habilidad, como cualquier otra. Y como cualquier habilidad, se puede practicar. Requiere paciencia. Requiere presencia. Y requiere una voluntad de callarse usted mismo, dejar de lado la necesidad de responder, explicar o controlar la conversación.

El silencio que habla

Hay una vieja enseñanza en Nada Yoga, el yoga del sonido, que cube que el silencio no es una ausencia, sino una vibración. Es una resonancia que permite que el significado se desarrolle.

He sentido esto en la sala de edición, cortando escenas, dándome cuenta de que lo que mueve a la gente no es el diálogo sino los espacios entre esto: el silencio antes de la revelación, el momento de quietud antes de que la verdad aterrice. Lo he sentido en la música, cuando un músico permite que una nota se desvanezca el tiempo suficiente para que se hunda en los huesos del oyente.

Y lo he sentido en la vida, en conversaciones donde alguien comparte algo tan crudo, tan profundamente private, que todo lo que puedes hacer es sentarse con ellos en silencio.

Ese silencio no está vacío. Está lleno de reconocimiento, de comprensión, de respeto.

El poder de la presencia

Uno de los mayores desafíos que enfrenté en mi trabajo fue convencer a las personas de que este tipo de conocimiento, esta capacidad de sentarse con silencio, notar, estar presente, es tan valioso como los hechos y figuras, como las teorías y el análisis.

La academia, donde pasé gran parte de mi vida, no siempre reconoce el tipo de conocimiento que se siente más que escrito. El tipo de beca que viene a través del cine, a través del sonido, a través de la experiencia. Allí, el conocimiento se mide en citas, en publicaciones, en cosas que se pueden contar. Pero, ¿cómo se cuenta una pausa? ¿Cómo se mide el impacto de un silencio compartido?

He pasado años tratando de abogar por una comprensión más amplia de lo que significa saber algo. Entender esa presencia, la capacidad de estar completamente aquí, plenamente consciente, es su propio tipo de inteligencia.

Y esto es lo que quiero que sepas: no tienes que ser un cineasta o un erudito para desarrollar esta habilidad. No tiene que viajar a montañas distantes o sentarse en largas horas de meditación. Solo tienes que comenzar a prestar atención.

Cómo escuchar profundamente

Si quieres aprender a escuchar, para escuchar realmente esto:

1. Pausa antes de responder.

La próxima vez que alguien te habla, no te apresures a llenar el espacio. Deja que sus palabras se asienten. Observe qué más hay: su lenguaje corporal, su expresión, lo que ellos no dicho.

2. Escuche sin planificar su respuesta.

Con demasiada frecuencia, solo estamos a medio cable porque ya estamos pensando en lo que diremos a continuación. En cambio, intente absorber lo que se cube. Deje que la respuesta llegue naturalmente.

3. Presta atención a los silencios.

En la música, los restos son tan importantes como las notas. En la conversación, las pausas tienen significado. Observe lo que sucede en esos espacios.

4. Sea cómodo con no saberlo.

Algunos de los momentos más profundos de la vida no vienen con respuestas claras. Esté abierto a sentarse con incertidumbre.

5. Practica con sonido.

Pase tiempo escuchando el mundo que te rodea, realmente escuchando. Cierra los ojos. Observe cuántas capas de sonido existen a la vez. El viento. El zumbido de un coche lejano. El ritmo de tu propia respiración.

Cuanto más desarrolles tu capacidad de escuchar, más entenderás, no sobre los demás, sino de ti mismo.

Un tipo diferente de conocimiento

Escribo esto ahora, no como un llamado a las armas, sino como una invitación.

Para los artistas, los pensadores, los que se sienten profundamente pero que no siempre tienen las palabras, saben que hay un lugar para ti. Hay valor en la forma en que experimenta el mundo.

No tienes que explicar todo. No tienes que ponerlo todo en palabras.

A veces, las cosas más poderosas que sabemos, las cosas que nos cambian, existen en el espacio entre las palabras.

Y si alguna vez te encuentras dudando de si tu forma de ver, escuchar, de sentir tiene un lugar en este mundo, recuerda esto:

No se habla parte de la mayor sabiduría.

Algunos de los mensajes más poderosos nunca se escriben.

Y a veces, la mejor manera de entender es simplemente estar presente.



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